jueves, 17 de marzo de 2011

Y merece la pena

¿Realmente el tiempo que dedicamos a muchas de las cosas que cada día hacen que se pase el tiempo rápido, rapidísimo, merecen la pena?
Desde hace algún tiempo me da vueltas en la cabeza esta sensación. Ves como la gente cada día quiere ir a más, a más dinero, que es lo único que a muchos les llena, y van dejando pasar situaciones en su dia a dia, le podrían dar más, sobre todo en lo personal, y porque no decirlo, en lo espiritual.
Hace poco le daban una mala noticia a un amigo, que además es cliente, y cuando te sientas en la escalera de un aeropuerto, blanco, escuchando el relato, y buscando en tu mente las mejores palabras para dar ánimo, esa sensación de si merece la pena se hace más fuerte, toca la fibra, piensas, sientes.
Ahora, no, mentira, desde hace tiempo, casi 8 meses, cuando fui papi, saboreo cada minuto, incluso consigo que los dias duren más, las semanas sean más largas, y que el tiempo pase, pero a una velocidad normal.
Nos pasamos el día de aqui para allá, el que me conoce sabe que es así, pero ahora lo único que realmente me preocupa es estar con las mias, y darles todo el tiempo que tengo libre, porque sé la suerte que tengo...


Mientras hacia la Transgrancanaria 2011, junto con Edu, cuando más cuesta arriba se ponía todo, sobre todo por los kilómetros que iba acumulando en las piernas, pensaba en llegar a la meta y poder ver y coger a Sara y Yaiza, entrar en la meta y luego descansar los tres juntos. Ese pensamiento fue le que me hizo ir adelante, como siempre hay que ir, adelante, recto, constante.
Lo material, igual que viene se va, porque te lo quitan, porque se rompe, porque se gasta, pero lo que tienes en casa, tu gente, familia, siempre está ahí, y hoy en día, hay que tenerlo muy claro, hay que hacer las cosas con pasión, y las que están dentro de tu casa, con más pasión, sino, no merece la pena.

lunes, 7 de marzo de 2011

Ya soy TransGranCanario 96 KM

18:56:56, sí, 18 horas, 56 minutos y 56 segundos, la misma hora a la que entramos por la meta en la Playa de Las Canteras, despúes de haber recorrido los 96 KM que separan las dos mejores playas de la isla, Playa del Inglés - Playa de Las Canteras.
El recorrido es impresionante, serpenteando entre barrancos, subiendo a la cota más alta de la isla, pasando por emblemáticos pueblos de la isla, y todo eso regado por el líquido elemento que tanta falta hace siempre aquí, pero que podía haber esperado un día para descargar.

00:00 y de repente empezamos a correr, por la arena con sacos de escombros en los pies para evitar que la arena se colara, aunque eso era imposible. Y cuando te das cuenta estás subiendo hacia Ayagaures, con buen tiempo, buena conversación y disfrutándo de las luces de los frontales de la gente que va por delante subiendo las primeras cuestas.
Y justo antes de llegar a la presa empieza a llover, para refrescar, lo que pasa es que te cala hasta los huesos, y cargamos la mochila de agua, comemos y 5 minutos depués estamos en ruta, corriendo para calentar.
La noche sigue pasando, y sigue lloviendo, la subida por el camino del Diablo, nunca he visto un mejor nombre para un sendero, y más cuando llueve, se hace eterna, esquivando los bastones del de delante, charcos, barros y demás, conseguimos terminarlo, y enfocar hacia Tunte, donde llegamos a las 7:00 am, gran tiempo, pero sin caldo que echar para calentar el cuerpo. Así que a comer, tomar café y resguardarnos para secarnos. El mensaje de texto más lento del mundo lo envié aquí, los dedos no los sentía, y solo poner que estábamos bien, me costó lo suyo.
Ya en Tunte coincidimos con David, Abián y Arturo, con los que hicimos parte del trayecto hasta el Garañón, junto con algún colega de Edu de Triatlón, y con ellos fuimos dejando atrás metros vislumbrando el Camino de la Plata, que con sus grandes cuestas nos daba los buenos días. Empezamos a oir el ruido de la salida del Garañón y nos animamos, con lo que la subida al Pico de Las Nieves se hizo más llevadera, junto con el descenso al Garañón, pensando sólo en cambiarnos de ropa, comer y volver a la ruta. Las piernas iban bien, la cabeza mejor.
Creo que es la primera vez que me echo un plato de macarrones a las 10:20 am, pero me supieron a gloria, y podernos poner ropa seca, fue como estar en el cielo. Lo bueno acaba pronto, así que a las 11:00 am salimos hacia Teror.
Vamos animados así que vamos al trote, y atravesamos la Cruz de Tejeda rápido, empezando el descenso hacia Teror, donde con el barro que llevaban las playeras, vino la primera y última caída, que por suerte sólo me dejó un moretón.
Empezamos a vislumbrar Teror, pero bajar al fondo del barrando y subir fue mortífero, y cuando entramos en la Villa Mariana, las fuerzas empezaban a ser justas, el cansancio de las 14 horas se iba apoderando de nuestras piernas, pero el bicho del coco no les hacía caso. Saber que cumplíamos de sobra con los tiempos planteados nos animaba y salir de Teror a las 14:10 significaba llegar antes de las 19 horas a meta, pero aún quedaban 24 KM, que en un día normal de entrenamiento sería algo así como dar un largo paseo, ahora se convertiría en una larga travesía.
Llegar al Pico de Osorio fue sencillo, después de tanta cuesta esta ya no nos asustaba. Bajamos a buen ritmo hasta el Barranco de Tenoya. En el pedregoso barranco Edu subi el ritmo y vamos muy bien, pero yo no había comido desde que salimos de Teror, y a estas alturas no puedes dejarte ir tanto, porque el cuerpo ya no tiene reservas. Así justo antes de subir a Tenoya tengo que bajar el ritmo, comer algo y llegar justo al avituallamiento, donde después de comer, sobre todo azúcar (chocolate, golosinas, más chocolate y cola, para que digan que no nos cuidan), salimos hacia los Giles con mejores ánimos, y comenzando a escuchar la música de la meta. Los Km finales los hacemos corriendo, vemos que bajar de las 19 horas está al alcance y cuando enfilamos los últimos metros, los dolores desapecen, la sonrisa aparece, la familia anima y cogiendo a Sara en brazo entramos en meta, los tres, dando un salto y levantando los brazos.

El resto es descanso, felicidad, alegría, abrazos, besos y sobre todo satisfacción personal por superarse siempre uno mismo y llegar más allá de los límites con esfuerzo y sacrificio.
Aquí les dejo un video de la entrada en meta del cuñao Oscar, para que disfruten tanto como yo cada vez que lo veo.



El siguiente reto aún no está concretado, ya veremos, pero nada más entrar en la meta tengo algunas cosas rondando la cabeza, y es que el bicho de arriba no para.

PD: Gracias a todos los que en carrera nos apoyaron y nos dieron muestras de cariño. A la gente que les pillo las fotos, Nau, la novia de Abián o David, del que haya sacado las fotos. Gracias.
PD1: Gracias a la familia, a todas, porque el verlos en meta me llena de alegría y me da fuerzas para seguir siempre adelante.
PD2: Más gracias a mi hermano Edu, que fuimos apoyándonos el uno en el otro sin dejarnos nunca atrás. Fuimos nuestros bastones.
PD3: Felicidades a Pili y Nacor, y sus colegas, que se empiezan a animar en este mundo y corrieron la modalidad starter de la Trans.
PD4: Pero sobre todo, muchísimas gracias a mis dos niñas, Yaiza y Sara, que me han aguantado muchos madrugones, fines de semana sin estar en la cama, y no verles despertar, volverles locas con la carrera. Ellas dos son las culpables que cada día quiera ir más allá, y para ellas va dedicada esta gran carrera. Les quiero mucho! TQMP! (0)