miércoles, 25 de julio de 2012

Ironman (2) by Edu Boada

…A partir del miércoles, fuimos llegando poco a poco, toda la familia Ironman, algunos con más tiempo que otros, nos dedicamos a probar las bicis, salimos a correr, nadamos el circuito, recogimos los dorsales, y los novatos nos empapamos de las historias y experiencias de nuestros veteranos mientras nos poníamos bonito de pasta, resolvimos las últimas dudas y escuchamos los consejos finales, el viernes a media tarde, dejamos todo el equipo preparado en la línea de salida, llegó el tiempo de estar un pequeño rato con mis padres y mis hermanos para luego irme a cenar con Mada, pasar de la pasta y meterme una buena carne, secreto con salsa de papaya acompañado de unas cervecitas. Me sirvió para desconectar, olvidarme de esos típicos nervios del día anterior a la prueba y seguir disfrutando de los momentos previos al Ironman. Con todo preparado me metí en la cama, convencido que al día siguiente me convertiría en un finisher.



Me costó levantarme, me preparé el desayuno y me baje a la avenida, iba tranquilo, para algunos demasiado tranquilo, jeje, todos con los neoprenos puestos y yo con cara de dormido y sin intención de ponermelo. Se respiraba tensión en la zona de boxes, pero yo seguía a lo mío, saludando a gente, sonriendo y por fin, bajamos a la arena, nos separamos, Ale, Luis, Andrés, Aythami, César y Jorge se fueron a la zona delantera, Néstor, Carol, Carlos y yo buscamos refugio al final, no teníamos prisa, estiramos, hablamos, nos abrazamos, nos reíamos nerviosos cada vez más cerca del principio de la aventura. Mis hermanos y mi padre estaban conmigo atrás, fotos y últimos ánimos y llegó el momento, nos volvimos a abrazar los cuatro de atrás y todos al agua, y sin quererlo me metí el último y a nadar.


1h26minutos de natación, mis cálculos eran alrededor de 1h40, mejor imposible, la primera vuelta siempre es complicada, mucha gente alrededor, te llevas golpes, gente que no sabe nadar recto y se cruza en tu camino pero no sufrí demasiado, me separé de las corcheras y me puse mi ritmo, brazada tranquila, alargando al máximo y descansando los pies, cuando enfocaba el final de la primera vuelta mire el crono y vi que iba a dar la vuelta en menos de 45 minutos y confirme las sensaciones que tenía de estar nadando a un buen ritmo. La segunda vuelta, tuve un momento de apuro porque tenía pegado a tres tíos que iban en zigzag, apreté un poco y me separé para que dejaran de molestarme, volví a mi ritmo y ya fui tranquilo hasta el final, aprovechando para darle al coco, rehaciendo mis cálculos, pensando la estrategia de la comida para la bici y cuando empecé a notar el cansancio en los brazos, me acordé de Luis y sus consejos, volví a concentrarme en alargar la brazada y llegamos al final del primer sector. Salí tranquilo del agua, caminé, troté un poco, y pase a la zona de cambio de ropa para la bici, no había prisa, me quité el neopreno, me seque bien, me puse vaselina, la ropa de ciclista y me guardé toda la comida, y otra vez caminando salí en busca de la bici para comenzar el segundo sector. Salí tranquilo, dejando que el cuerpo fuera adaptándose a la bici, todavía pensando en lo bien que me había salido la natación y cuanto tardaría en hacer los 180 km…


…El final de la historia lo dejamos para el tercer capítulo…



domingo, 15 de julio de 2012

Universitrail


Terminar una prueba de montaña entre los 50 primeros es para mi, todo un logro, más cuando uno no se dedica en cuerpo y alma, si no que saca tiempo del sueño o de la familia para llevar unos entrenamientos lo más regulares posibles.

La voluntad de madrugar todos los días, con el sacrificio que implica dejar la cama cuando todavía está oscuro, y no para ir a trabajar, si no para un “hobbies”, es lo que hace que cuando en una prueba estés en el TOP 50 de la clasificación general al día siguiente estés más motivado y no te cueste nada el volver a la rutina y perder horas de cama.

La Universitrail fue una prueba rápida, el amigo Sergio aguantó hasta mediado el kilómetro 7, aunque también terminó muy arriba en la clasificación. Las bajadas eran rápidas, las escaleras ponían la mente a plena concentración para no cometer errores, y hasta el avituallamiento no hubo parón, bajando siempre de los 5 minutos el kilómetro.

Foto: Vanessa Vega Valdivia

Sin parar en el avituallamiento me interno en el barranco del Guiniguiada, me tomo un gel, y comienzo a subir. A Sergio ya ni lo veo, solo pienso que tenga fuerzas para ir para arriba. Me meto en un grupo de unos 6 corredores, junto con la primera de las chicas, y a ritmo vamos pasando el pedregal que es el barranco capitalino, levantando polvo a cada paso.
El reloj me pita los kilómetros y por momentos intento concentrarme en no mirarlo, porque la temperatura en el fondo es alta, la sensación térmica hace que sea más duro, y el agua que me quedaba en el bidón había que dosificarla.

Foto: Ezequiel Antúnez

Comenzamos a oír ruido y vemos donde el sendero empieza a ponerse en pendiente. No me cebo con los primeros corredores que aprovechan la ascensión para correr, conecto mi ritmo, y según ascendemos, la subida es inferior al kilómetro, voy subiendo la intensidad y corriendo en los tramos de falso llano.

Las voces de la gente y los focos de la pista de atletismo de la Universidad avisan que no queda nada. Fer, del Divertibike, anima en el tramo final y eso te da un poco de moral, para en cuanto llegamos al llano acelerar, entrar fuerte en la pista de atletismo y por poco no adelantar a algún corredor más.

Al final el tiempo se para en 1:29:21, y cuando estoy bebiendo agua empiezo a darme cuenta que en la meta no hay mucha gente aún, con lo que sabes que has hecho una buena posición. Sergio entra unos minutos después, con buena cara, y también contento con su resultado.

Toca descanso, estirar, y enterarte que en la categoría senior masculino estas en la posición 31!

Foto: Vanessa Vega Valdivia


Solo pienso que el sacrificio, la voluntad y las ganas de ir a más cada día, tienen su premio, aunque sea terminar el 31 de los senior, el 48 de la general.

domingo, 8 de julio de 2012

IRONMAN (1) by Edu Boada


Ya van para dos meses, y cada vez eres más consciente, soy Ironman, soy finisher de un Ironman, no sé qué contar, me imagino que lo típico, lo duro que han sido los meses previos, lo impresionante que es la salida, lo largo que se hace la bici, lo emocionante que este toda la familia esperando en la meta…bueno pues dejaré que vayan saliendo los pensamientos que tengo guardados desde octubre de 2011.

Siempre quise hacer y ser un Ironman, no sabía cuando iba a poder lograrlo pero la oportunidad se presentó y no la deje pasar. 

Los entrenos comenzaron en Octubre y sí, tenían razón toda la gente que decía, que lo más duro son los meses de entrenamiento, mucha carrera, bici, natación, pesas y otra vez a repetir, es difícil planificar tu vida en función de un objetivo tan específico y que te obliga a tener entrenos largos. Lo bueno, que vas viendo como progresas en las tres disciplinas, mejoras tanto, que hasta al final disfrutaba de la natación o como en la bici pasas de 30 km a 187 km en 5 meses y encima terminas bien, o como corriendo progresas y vas ligero. También se entrena la cabeza, a mi me han tocado hacer muchos entrenos solo, sobretodo la parte de bici, porque no siempre tenía el fin de semana libre y tenía que salir entre semana, pero siempre lo ví como una ventaja para el día de la prueba.


La época más dura de los entrenamientos fue en diciembre, cuando me atropello una señora con su coche cuando iba bajando de Arucas en bici, fueron tres semanas sin entrenar, como mucho tiempo libre pero sin poder hacer nada, con dolor, algunos días pensaba que me iba a quedar corto de entrenamientos por no poder hacerlos pero siempre tuve claro que iba a acabar el Ironman.

Los subidones de confianza fueron sobretodo en bici y natación, la vuelta a la isla me dio la confianza que me faltaba en la bici y la primera vez que nade 3800 metros en Las Alcaravaneras ya fue el empujón definitivo. El fin de semana en Lanzarote en febrero también fue un momento importante en la preparación, por los entrenamientos y por la convivencia con mis amigos, mi familia Ironman, que buen rollo y que divertido fue ese fin de semana.

Tengo que reconocer que el tema de fiestas y alcohol estuvieron siempre presentes en estos meses de preparación, hay gente que te lleva por el mal camino, jeje, pero fuera de bromas, también esta parte es importante porque no puedes convertir el reto en una obsesión y salir de fiesta y desconectar es igual de importante que el descanso.


Llegó el mes abril y también las dudas de si estaba preparado, no dudas en terminar sino si iba a sufrir más de la cuenta para terminar. Hice un ½ Ironman en Fuerteventura y luego el olímpico en Las Palmas de Gran Canaria, aquí lo jodido es que me caí con la bici y me hice daño y estuve parado unos días, también fue una época dura porque se acercaba la fecha y ya estás cansado de entrenar, quieres que llegué la salida y la meta y es un poco cansino, pero todo llega y el miércoles 16 de mayo nos presentamos en Lanzarote con la ilusión de un niño pequeño y con la seguridad de saber que iba a terminar el Ironman y que sería un finisher…

…esa parte ya la contaré otro día.