Casi
de última hora nos embarcamos en esta aventura de la Tenerife Blue Trail, 94 km
de distancia y un desnivel acumulado cercano a los 12000 metros que nos llevaba
desde el Puerto de Los Cristianos, en el sur de la isla, hasta el Puerto de La
Cruz, pasando por el punto más alto de España, el Teide.
La
experiencia fue genial, no ya por el tiempo que al final se me fue de las
manos, pero sí por todo lo vivido durante el fin de semana, sobre todo porque
era la primera vez que viajábamos los cuatro juntos, aunque el tiempo que iba a
estar con ellos iba a ser poco, y Yaiza tendría que continuar ingeniándoselas
ella solita con los dos enanos.
Vamos
con la carrera. La salida la hice en la cola del grupo, para que más adelante,
junto con Chico Carreño y Ángel Arencibia, y ambos se marcaron una gran
carrera. Los primeros kms son serpenteo sobre calles de Los Cristianos y hasta
Arona, primera avituallamiento son hasta aburridos y feos. Casi sin darme
cuenta ya llegamos al primer punto de control y avituallamiento, Arona, en poco
más de 1:30, y como siempre comer algo, recargar agua y seguir.
En la salida.
A
partir de este momento la cosa se ponía más interesante. El segundo punto
estaba en Vilaflor, el recorrido empieza a ser más atractivo. La noche nos
regalaba un cielo despejado y estrellado. Nos avisaba que tendríamos que subir
al Teide si o sí. Se comienza a sentir la altura. Llego a Vilaflor sobre las
4:30 de la madrugada, las sensaciones son buenas, no hace demasiado frio. Como
un poco más, hablo con algún corredor, recargo líquido y me dirijo al Parador.
Esta
parte del recorrido se hizo muy larga. Pese a que la noche estaba estupenda
correr a más de 2000 metros de altura tiene su historia. Notaba que el cuerpo
me pesaba más de lo normal y avanzar por la zona del paisaje lunar era más duro
de lo que había pensado. Me doy cuenta que no estaré en el Parador sobre las 7
de la mañana, que era mi intención. Llego a las 8. Ya es de día. Todo se ve con
otros ojos. Como un poco en el Parador y me cambio. Cuando salí para comenzar
la subida al Teide tuve que volver a recoger los bastones que los dejé atrás, y
más tarde me daría cuenta que tampoco me llevé los compresport para los cuádriceps.
Mala mía.
Comienza el ascenso al Teide. Verónica Dorta García.
Si
intentar hacer deporte sin estar acostumbrado a estas alturas es duro imagina
subir al Teide. El día estaba espectacular. Subimos por Pico Viejo hasta La
Rambleta. El sendero es interminable y a veces ni siquiera sabes por donde
tienes que ir. La parte baja es sencilla, no es dura, pero según ascendemos el
sendero se convierte en un camino de piedra volcánica por donde vas dando
saltos de un lado al otro. Entiendo que para la organización subir al Teide es
importante, pero creo que el riesgo que se asume es muy elevado. Yo tuve que
hacer algunas paradas y no hacer caso del mini yo que llevamos dentro. Un poco
de música y para arriba, y sobre las 12 del mediodía estaba ya en La Rambleta,
donde para el Teleférico. Aprovecho para comer bien porque a partir de ahora es
todo bajada. Aviso por SMS que va todo bien y que es un poco más duro de lo que
esperaba, pero que iba bien.
Si alguno ve el sendero que me lo diga.
Salgo
del Teide y comienzo a bajar por el sendero de Montaña Blanca hasta Fortaleza.
La primera parte de la bajada es muy técnica, voy despacio y ayudándome de los
bastones. Luego el recorrido se vuelvo monótono entre pistas y senderos, donde
se puede correr bien, ya con molestias en las piernas. El calor aprieta fuerte.
Empiezo a cruzarme con corredores de la modalidad Trail. En Fortaleza paro un
poco más, llamo por teléfono a Yaiza para que estén tranquilos y que me queda
unas 3 horas, iluso de mí.
Salí
de Fortaleza cargado de ganas y en menos de una hora estaba en Chanajiga, ya
solo faltaban 17 kms para meta. Que largos se hicieron. No sé cuánto tiempo
tardé en llegar a Los Realejos. Los cuádriceps me quemaban y mucha parte de
este bonito sendero lo tuve que hacer caminando, incluso cuando bajaba. Así llegué
a Los Realejos, donde me refresqué, y ya pensé que sólo quedaban 11 kms, había que
darlo todo.
No
pensé que pudiera tardar tanto tiempo en hacer los 11 kms. La bajada era por
asfalto, hacía algo entre correr y caminar, lo que me dejaban las piernas. El
camino tampoco ayudaba. Un serpenteo por la costa de caminos pedregosos que a
estas alturas te destrozaba. Ya en el Puerto de La Cruz se te quita todo, te
olvidas de los kms que llevas en las piernas, del sufrimiento que acumulas, y
si encima está la familia esperando en meta, mejor que mejor.
Al
final 18:18:09. Me hubiera gustado terminar en un par de horas menos, pero de
eso se trata en las Ultras. A veces las cosas no salen como nos gustas pero
aprovechas para disfrutar con lo que te sale.
Ya en meta. Feliz. Yaiza Saavedra Rodríguez.
Es
una prueba para volver, por recorrido, por organización, y aunque tiene fallos,
como todas, es una prueba que mira por el corredor. Felicidades. Y también a
los voluntarios y militares por un trabajo espectacular.
Gracias a la familia Diverti, por estar pendiente todo el día de uno. No lo merezco.
Gracias a la familia, preguntando y llamando a Yaiza para saber que tal iba y por el seguimiento. Besitos.
Gracias
Yaiza por aguantar. Por aguantar con todo y todos. Eso lo define todo.
Hasta
la próxima. No sé cuál. No sé cuándo.
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