jueves, 2 de junio de 2016

Marathon Des Sables 2016 (0)


Si un día alguien te dice si quieres hacer una carrera por el desierto, de 6 etapas, más de 250 kilómetros, y donde solo te dan agua, y el resto lo lleva tú, en cada etapa, en una mochila, no le hagas caso, no lo hagas, porque te estarás metiendo en una experiencia brutal, de pura vida, donde lo esencial es seguir adelante, y todo lo demás queda a un lado. Créeme, no le hagas caso, no hagas como yo.

Allá por julio de 2014 nos sentamos alrededor de una mesa a comer y decidimos que 2016 sería el año en que nos embarcaríamos en una prueba maravillosa, que a todos los que estábamos en esa mesa, nos llamaba, de una forma u otra. No hubo que firmar servilletas, no salió la mítica frase “no hay huevos”. Los tres sabíamos dónde nos metíamos. Nacía el Divertitrail Team para Marathon des Sables 2016.



Marathon Des Sables no es una prueba cualquier. Solo el hecho que se realiza en autosuficiencia alimentaria, es decir, tu comida la llevas tú, la cargas tú, la cocinas tú, y además tienes que administrar el agua que te dan, que para complicarlo aún más te la dan racionalizada a lo largo de cada una de las etapas, y si se te acaba antes tienes un problema. Estos dos aspectos ya te dejan a las claras donde te metes, y te aseguro que, si no estás preparado, por mucha capacidad de sufrimiento que tengas, no lo vas a pasar bien.

Pero ahí no queda todo, la prueba se realiza en medio del Desierto del Sahara, terreno arenoso y pedregoso, que mortifica tus piernas, tus pies, tus caderas, tu cabeza, que como llevas todo lo tuyo en una mochila a la espalda, hasta esta se queja. Las Dunas de Maspalomas al lado de las que atraviesas en esta carrera no son más que pequeñas tachuelas en un llano. Para que se hagan una idea, imaginen la montaña de Las Coloradas solo de arena, arena rubia, y ahora imaginen subirla, con 10 Kgs a la espalda, solo imaginen, para hacerlo hay que ir a Marathon Des Sables.


Y ahora metemos en la coctelera la temperatura, tanto la diurna, lo más bajo siempre cerca de los 35º C, la más alta rondando los 50º C, y por la noche fresco, a ver como se te queda el cuerpo. Sabes esa sensación cuando llevas todo el día en la playa al sol, por la noche baja la temperatura y quieres ponerte un pullover. Pues ahora imagínalo igual, un poco más de frio, pero sin tener el pullover, porque claro, no quieres llevar mucho peso en la mochila, así que solo te queda meterte en el saco y dormirte. Tuvimos suerte, los veteranos nos decían que no hacía mucho frio.

El último punto importante, no es donde duermes, si no con quien duermes. El resto del día y la noche la pasas en una haima, una alfombra en el suelo, no, no limpian el suelo de piedras antes de ponerla, y una alfombra negra a modo de caseta. Se supone que tienes que descansar y pasar el día con tus otros siete compañeros. Por suerte la organización deja a libertad de los corredores elegir la haima, y eso te permite, si no conoces gente, juntarte con personas que al menos conoces de algo. En nuestro caso nos juntamos los 5 canarios que íbamos más dos valencianos y un madrileño, que terminaron siendo canarios de adopción. Esto deja a las claras el buen rollo reinante, que siempre contribuye la forma de ser del canario. Pero no en todas las haimas es igual, y ahí es donde entra el ir con gente afín a ti. Luego está lo que ponga cada uno de su parte, la desinhibición de la gente es brutal, porque te das cuenta que todo se reduce a lo básico, y eres capaz de no alarmarte por escuchar ruidos, si peos como tallos, y que nadie se queje, las conversaciones continúen como si nada, y que las risas sean continuas.

Esta es la clave de la carrera. Reducir todo a lo básico, a lo auténtico, a lo vital, a lo espiritual, y eso es lo que hicimos un servidor y mis dos almas gemelas, Edu Boada y Luis Mirabal.

Ya les iré contando lo que pasa en cada etapa, más vivencias del día a día, y como una prueba de este calibre no deja nada al azar.
#estonosepara #fysh #damelomio

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